galiciaunica Un recorrido semanal por Galicia, España.

LOS GALLEGOS SOMOS ASÍ

—– ¿Me permites?

Déjame que, esta vez, me mire en el espejo de la vida para averiguar cómo soy yo mismo, a ver si es verdad que te escribe un prototipo de gallego de esos que aman a su país por encima de todas las cosas.

Por lo que veo, mi estética no me preocupa en exceso, pero sí las formas que me rodean ya sean las del pasado o estos nuevos códigos que, parece, también me diferencian.

A ver. Repaso mi estilo de vida. Es verdad que aquí, aunque sea en la aldea, sigo los designios de lo actual, pero de aquella manera.

Mi identidad, mi manera de ser, mi ética, mi pensamiento, mi religión… nada de eso cambió. Mi música, mí lectura, mi mujer, mis hijos, mis nietos, algunos amigos… tampoco.  El sillón, la cama, la mesa donde trabajo, la del comedor… todo cuanto hay en esta estancia perfumada por el aire que entra por la ventana que da al agro, es lo de siempre.

—– ¿Entonces?

Creo que he de buscar mi identidad gallega conociendo a otra gente, caminando más allá de estos muros en calma. Debo perseguir la estética de nuestra vida, perdida entre el paisaje que amo. Espero que todos me cuenten como viven, que les gusta comer, su ropa preferida y esa manera tan peculiar que tienen de divertirse.   

Verás. En una sola tarde me encontré a un arquitecto, un hostelero, un diseñador de moda, un profesor de la Universidad de Santiago, un peregrino de Viveiro, el cantante de una orquesta, un rentista, un informático programador, un diputado, un periodista, un excelso pintor quintaesenciado… y todos en Bertamirans, la capital de mi ayuntamiento.

He aquí mis conclusiones…  

Los gallegos nos hemos distinguido siempre a través de la historia. Por las múltiples variaciones del paisaje, por la manera en que nos desarrollamos cómo pueblo y por nuestro propio estilo, tan personal, de vivir la vida.

Entendemos que las formas de la perspectiva social y la cultura están íntimamente vinculadas entre sí. Por eso ahora somos hospitalarios cuando hemos sido viajeros incansables por el planeta, buscando la vida.

También nos distinguimos porque entremezclamos la vida tradicional con el estilo vanguardista, que hemos cambiado la artesanía por el arte y los “obradoiros” por las universidades.

Dicen las estadísticas que las mujeres ya no se casan tan pronto como antes, porque son profesionales y madres de un solo hijo. La familia, sin embargo, sigue siendo el mismo concepto básico de siempre, la que llora o se divierte toda junta, al menos el día del entierro o en el día de la fiesta.

Nos gusta el pasado en forma de historia o de leyenda, pero entre las paredes de las experiencias religiosas somos capaces de interpretar el rock que inventamos en idioma propio, tocado con gaita.

Conservamos romerías ancestrales pero muy cerca construimos auditorios para escuchar a los músicos de los conservatorios clásicos.

Seguimos publicando en papel, pero también puedes leer un veinte por ciento de la producción literaria en soporte digital.

Los gallegos, mi amigo, tenemos como base los símbolos culturales que nos legaron los siglos de los siglos; pero sabemos desenvolvernos, como el que más, en los más actuales espacios creativos y socio culturales, en la economía y en las humanidades.

Nosotros también construimos el futuro de Europa… pero conservando lo nuestro: las viejas costumbres, el buen vivir, el mejor comer, la fiesta y por supuesto, la tradición xacobea, que nos sigue protegiendo el Apóstol Santiago y su Catedral sigue siendo el segundo gran santuario de la Cristiandad, después de Roma… 

Sí, los gallegos somos presumidos. Presumimos de país y de calidad de vida…

Habitamos un territorio atlántico, con características más comunes a Noruega que a las comunidades mediterráneas de nuestro propio estado. La pobreza trasladó a nuestros antepasados del campo a la ciudad, pero las crisis nos están devolviendo tímidamente al campo.

En mayor medida a la periferia de las grandes ciudades. A eso lo llaman Contraurbanización.

Yo mismo soy un contraurbano que vive en la pequeña capital de Ames, en la provincia de A Coruña. 

En este mi ayuntamiento es donde nacen más niños y niñas; dicen que uno o una al día. Tiene la mayor tasa de natalidad de España. En los últimos años creció hasta los treinta mil habitantes y la media de edad no supera los 38 años.

Un paisaje idílico y un idioma cantarín; nuestra manera de vestir, de comer y de vivir; nuestra gente… Todo esto y lo que te contaba es lo que nos hace destacar como país. Por eso los gallegos amamos profundamente a nuestra Galicia… ¡Única!

Xerardo Rodríguez